En su estudio sobre la percepción de las imágenes, Ernst Gombrich formuló lo que él llamó 3 reglas de la percepción de cómo los espectadores nos enfrentamos a las imágenes. Una de ellas es la Ley del Etcétera, y propone que podemos completar los datos que no nos da una imagen, como colores y formas.

Si estás componiendo tu encuadre y seguramente le pones toda la atención a lo que puedes mostrar en él. Buenísimo. Pero, ¿qué pasa con lo que decides NO mostrar? ¿Puede servirte para algo? Seguro que sí, en algunos casos.

¿Sabes qué estoy dibujando aquí? ¡Por supuesto! No tengo que terminar el dibujo para reconocer este clásico automóvil. En eso consiste la regla del Etcétera de Gombrich.

Y esto es mucho más claro en películas y pinturas, donde el encuadre delimita tajantemente la realidad que decidimos mostrar, dejando obligatoriamente mucha información por fuera. Pero esto no es para nada una desventaja, al contrario. Veamos un par de usos y ejemplos:

En esta clásica escena de El Planeta de los Simios, usamos la regla del etcétera para mostrar solo una parte del monumento, y con un poquito de cultura general completamos el resto, como una pista. Cuando luego nos muestran que efectivamente se trata de la Estatua de la Libertad, solo nos están confirmando.

Fíjate en esta escena de la serie House Of Cards, por la regla del etcétera añadimos al perro agonizando y a Frank Underwood ahorcándolo con sus propias manos. A diferencia del caso anterior No estamos completando algo de lo que vemos una parte, como la Estatua de la Libertad, sino que completamos algo que no estamos viendo en absoluto.

Puedes revisar el libro de Jacques Aumont, La Imagen, en la encontrarás más desarrolladas las teorías de Gombrich sobre la percepción. Sabiendo cómo funciona la regla del etcétera, podemos utilizarla a nuestro favor, para crear suspenso, sorpresa, momentos cómicos. Así involucramos al espectador en la composición de nuestras imágenes, sobre todo en lo que decidimos no mostrarles.