Pensaba en el programa de radio del argentino Alejandro Dolina, un viejo escritor que un día quiso hacer un programa de radio para hablar de literatura y cultura general. En la radio le dijeron que tenían el horario de la media noche. La sorpresa fue que Dolina aceptó la medianoche y rápidamente, contra todo pronóstico, se convirtió en uno de los programas con mayor audiencia de la radio. Y era un programa totalmente hablado con muy poca música. Su programa se llama “La Venganza Será Terrible”.
El cuento viene porque en estos días leía un post de Gustavo Vásquez Lozano (que lamentablemente ya no es posible recuperar en la internet) sobre el balance entre canciones y entradas del locutor en un programa de radio. Advierte Vásquez lo difícil que puede ser aventurarse a plantear fórmulas para dirimir esta inquietud. Y es cierto. Muchos factores influyen en cuánto se aguanta uno a un locutor hablando entre canción y canción: el tema del programa, los insumos de producción y el “ángel” de los locutores de turno. De hecho, el post reseña una propuesta de Tracy Johnson, quien sugiere que si el programa es nuevo es mejor no hablar mucho y dejar que la música se encargue de enganchar al público, e ir invirtiendo poco a poco el porcentaje entre locución y canciones a medida que el programa vaya teniendo éxito. Esa puede ser una buena sugerencia si estás iniciándote y no tienes definido tu interés temático o tu personalidad radiofónica. Pero, ¿qué pasa si te pica la lengua por hablar? Me atrevo a sugerirte algunas cosas:
1. Define de qué quieres hablar en tu programa, qué temas dominas o te apasionan.
¿Deporte? ¿Cine? ¿Música? ¿Política? Piensa además qué puedes aportar a una conversación sobre ese tema, entendiendo que no es que vas a leer de periódicos u otras páginas de internet. No se trata de ser un experto certificado, igual tendrás que prepararte, leer, averiguar. Me refiero a que escojamos un eje temático en el que nos sintamos cómodos hablando.
2. Escribe tu proyecto de radio.
Preguntas más, preguntas menos: ¿Cómo se va a llamar tu programa? Es como ponerle nombre a los hijos, escoge uno que identifique el espíritu particular de tu propuesta. ¿Cuál es tu objetivo, por qué quieres hacer este show? ¿Qué secciones tendrá? No me refiero a secciones de relleno que todos incluyen, sino a aquellas que le van a dar estructura y personalidad a tu programa. Tú decides cuántas son, no se trata de volverse loco y plantearse lo “improducible”. Ten en cuenta cuánto tiempo puede durar el espacio al aire, y cuántas secciones pueden caber realmente. Juega a combinar secciones fijas, con algunas que puedan variar en cada emisión, como recomienda José Ignacio López Vigil: la radio es una combinación de costumbres con sorpresas. Fíjate en la cantidad de posibles formatos con los que puedes “armar” tu proyecto:
Puedes combinar géneros y formatos para darle variedad y creatividad a tu programa.
Puede ser útil hacer una plantilla minuto a minuto, y hacer un ejercicio de distribuir esas secciones.
3. Busca cuál es la radio apropiada para tu programa.
Hay radios de radios, cada una con su proyecto. Desde las que priorizan la música hasta las que priorizan los espacios hablados. Si tienes un proyecto en el que quieres hablar, busca una radio donde escuches que priorizan programas hablados. ¿Porcentajes de participación hablada frente a la música? Puede ser negociable, depende de tu proyecto o de las políticas de programación de la emisora. Si llevas tu proyecto a una radio donde escuchas que los locutores apenas intervienen para presentar alguna canción o leer cada cierto tiempo alguna breve nota, posiblemente no sea la radio más indicada para tu programa.
Por supuesto, no hay nada escrito sobre piedra. Pero es un tema de personalidad radiofónica, que tu programa tenga afinidad con el estilo de la radio y lo que busca su público.
4. Cuando tengas tu programa de radio al aire, ¡no te guardes!
Muéstrale a tu público lo que tienes para ellos, desde el primer programa. No anuncies que pronto tendrás “esto” o “lo otro”, no expliques lo que tendrás: hazlo y sorpréndelos desde el comienzo. De repente puedes pensar que el primer programa no lo escuchará tanta gente… ¡Falso! Te puedo conceder que posiblemente puedes ganar más audiencia con el pasar de las ediciones y tu show se vaya consolidando, pero eso no elimina al público que te escuchará desde el primer día, y que merece tu mismo esfuerzo en darles el mejor programa que tienes soñado. Además, la radio ya tiene un público cautivo, por “pequeño” que sea. Aprovéchalos.
El éxito de un programa, rápido o lento, no corresponde a fórmulas, efectivamente. Pero sí puedes esforzarte por eso desde el arranque. Te recomiendo revisar el blog de Radialistas.net y sus posts dedicados a la creación de un proyecto de radio, y sobre la programación radiofónica. También puedes escuchar los programas de Dolina y divertirte un rato con su forma irreverente de hablar sobre la cultura general.