Eso es porque tenemos datos acumulados, incluso de cosas que ni siquiera hemos visto antes. ¿Cómo va a ser? Por la “falsa mirada inocente”.
Supongamos que NUUUNCA en la vida has escuchado de Marilyn Monroe, ni has visto una foto de ella, ni mucho menos quién carrizo es Andy Warhol. Ves esta imagen y te dicen que esa es Marilyn Monroe, estoy segurísimo que jamás pensarías que de verdad era mujer de piel verde. ¿Te parece muy forzado el ejemplo? Vamos a ver otro ejemplo entonces:
¿A que no sabías que hace millones de años existieron bisontes de 8 patas? Por supuesto que no. Sabes que hay algo en ese dibujo que las 8 patas significan otra cosa, y los hombres de Altamira querían representar al animal corriendo. Lo sabes… porque no estás viendo esa imagen “por primera vez”, aunque efectivamente nunca la hayas visto antes. Genial.
Gombrich, de quien escribíamos antes, le puso un nombre a eso dentro de sus reglas de la percepción: La Falsa Mirada Inocente. ¿Y para qué nos sirve en caso de los audiovisuales?
Podemos intervenir materiales audiovisuales, y jugar con las posibilidades que eso tiene para crear nuevos sentidos en quienes lo vean (en el sentido que define la creatividad Héctor Fiorini, y tendríamos que hablar de eso en otro post), y eso va desde el tratamiento de los colores y texturización para hacerle sentir a quien ve que estamos viendo un material avejentado. Zelig, el falso documental de Woody Allen es un clarísimo ejemplo:
Con STAR WARS han hecho muchas intervenciones simpáticas, y la mayoría con recursos muy caseros, como por ejemplo la pelea de gatos con sables láser. La idea en esos casos, como suele suceder con cualquier intervención creativa de ese tipo, es generar nuevas visiones de lo ya conocido: unos gatos peleándose son unos gatos peleándose, ponles un sable láser y ya es otra cosa. Te comparto esta intervención de un noticiero de la Segunda Guerra Mundial:
Pero también, puedes usar la regla para significar cosas de una manera más expresiva. ¿Has visto antes este juego de ping pong?
Si no fuera por los efectos especiales no sería la batalla campal que fue. En este caso los creadores del video no intervienen un juego de ping pong existente, sino que está planificada la grabación para ser intervenida de esa manera (sí, que es obvio, pero valga la aclaratoria para diferenciar tipos de intervenciones y producciones).
En resumen, teniendo en cuenta que el espectador no mirará nuestras imágenes y videos “desde cero”, podemos tomarlo a nuestro favor e involucrarlos en nuestros nuevos significados, gracias a “la falsa mirada inocente”, de Gombrich. Puedes revisar su otra regla de la percepción, de la que hablamos en el post anterior.